El documento describe la Evaluación Formativa como un proceso continuo y colaborativo entre docentes y estudiantes, crucial para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Se presenta una colección de once estrategias prácticas y adaptables, cuyo objetivo es recopilar evidencia del progreso de los estudiantes en diversos momentos de la clase, tales como el uso de "Palitos con Nombre" para fomentar la participación o "Pizarras" para obtener retroalimentación inmediata. Además, se enfatiza la importancia de clarificar los criterios de logro y se establecen principios orientadores para su implementación, como dar tiempo para la reflexión y valorar los procesos de pensamiento de los alumnos. El propósito final de estas herramientas es apoyar a los educadores a ajustar sus decisiones pedagógicas y asegurar un aprendizaje de calidad al vincular de manera estrecha la evaluación con la instrucción. Agencia de Calidad de la Educación. (2016). Estrategias de evaluación formativa.